Casi 500 inscritos para esta carrera popular con corredores de todo tipo, desde los más jóvenes y aficionados independientes, hasta los más veteranos y expertos con sus respectivos clubs.
Allí estábamos Celia, Ferrete y yo, los tres miembros del G.D. POLLITO, representando al club en esta ocasión y aportando cada uno nuestro granito de arena y sudor, para hacer que el pollito vaya recorriendo cada vez más distancia, desnivel acumulado, y popularidad.
Salida a las 10am con bastante calor, y estreno de camisetas por parte de Celia y Ferrete.
Bueno, y de Laura también… ¡aunque no corriese!
Celia nerviosa y con la ilusión propias de quien va a correr sus primeros 8K en competición, y Ferrete algo cansado por la carrera del día anterior en Monóvar, al igual que yo en Ibi…Bueno, y de Laura también… ¡aunque no corriese!
Pero no importaba pues allí estábamos, e íbamos a dar todo cuanto pudiésemos pues eso de ir despacico y no forzar… creo que no va con nosotros jaja.
¡Arranca la carrera! Y como siempre, toca estar muy pendiente de donde pisas, de que no te pisen, de mantener ese equilibrio vital y tratar de no quedarte atrapado entre la masificación de corredores del punto intermedio del pelotón.
Un giro hacia la carretera general, y ya un amplio espacio para poder ir adelantando, correr más a gusto, y menos agobiado por las aglomeraciones.
El cuñado de Ferrete, Mateo, va en la cabeza como es habitual, y tras dos kilómetros y medio giramos hacia el mar, cambiando asfalto por camino de tierra.
Posando para el fotógrafo saludando y todo, imaginando las impresiones y comentarios que suscitarán en boca de Charly…
Atravesando un paseo, y ya pegados a la playa en el 5K, nos toca combinar camino con tramos de arena de playa, lo cual hace que te rompa un poco el ritmo.
Sorbo de agua rápido en el avituallamiento, agradeciendo la manguera de algún vecino que nos regaba tan a gusto con el calor que hacía… y a punto de subir el último tramo de cuesta final hacia el pueblo, más o menos por el kilómetro seis y medio.
Quedaban tan solo un par de kilómetros para terminar el cross, y la verdad que me encontraba cansado y con algunas molestias en los gemelos por el carrerón que me pegué la tarde anterior en Ibi, con lo cual no me importó en absoluto que me adelantara algún corredor que otro, empujándoles incluso con una sonrisa para ayudarles a que llegaran antes a la meta.
Un par de fotógrafos más, y varias decenas de guiris y vecinos espectadores puntuales después, estaba de nuevo en la carretera general, donde Laura esperaba también con su cámara, y faltaba menos de un kilómetro para llegar.
Calmado, tranquilo, feliz. Sereno, sudando y contento, quise entrar a meta como no había hecho antes a modo de celebración: ¡con un pequeño salto!
Recordando a Javi en Alcoy y la tremenda ilusión y alegría que rodeaba a todo su ser.
“Sin quererlo”, fui a un ritmo de 3’57 el km, siendo el 5º en mi categoría y el 30 en la clasificación general, con un tiempo final de 0.34:10.
Ferrete entró casi a continuación, en 0.36:30, el 22 de su categoría, y Celia en 0.57:09, la 14 también en su categoría y muy muy contenta, motivada, y con ese aura de continuidad positiva que es lo que más importa.
Al final, a buscar una sombrica para no desfallecer bajo el sol, y a ingerir mucho líquido para recuperar, y también comer algo de melón y cocas….
Ahora toca descansar, y a entrenar para esas grandes pruebas que vienen en los próximos quince días, como son la carrera de montaña Xirau-Escobella, el duatlón de Santa Pola, y ¡la Media Maratón de Alicante!
¡Un abrazo a todos... y feliz semana!
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