Vamos a leer la crónica que él mismo redacta y describe en su blog como viene siendo habitual, diario de un corredor invisible.
¿Os apetece compartir su experiencia?
Aquí la teneis:
"Hace poco me dijeron medio serio medio en broma, que padecía vigorexia.
Mi cara fue un poema, porque no tenía ni la más remota idea de lo que era eso…
Me puse a investigar (bueno, con decir google y wikipedia basta…), y llegué rápidamente a la conclusión de que no estoy de acuerdo en los puntos que expone tal diagnóstico y afirmación, ya que no está considerada una enfermedad como tal, en mi caso no tengo obsesión por la perfección del físico, ni me estoy mirando cada dos por tres en el espejo (jaja, seguro que más de uno no se lo termina de creer ;), pero en lo único que quizá si tenga que rendirme y admitir, es en la necesidad que tengo de hacer deporte.
Para liberar endorfinas, esas sensaciones positivas, como un mantenimiento del cuerpo para que te cueste todo un poco menos, y para sentirme bien en general.
Pasé por el fútbol, la petanca, el baloncesto, las canicas, el pádel, el frontenis…Hasta llegar al gran descubrimiento del correr hace justo un año.
Y ocurre que tu cerebro lo reconoce como una sensación placentera y de bienestar para tu cuerpo, y claro que acabas buscándolo y repitiendo…
Al igual que el sexo, la comida, un buen libro o una buena canción, entre miles y miles de cosas que nos hacen feliz, y así como millones de personas que lo buscan y practican a diario en el mundo…
Siempre que no olvides la moderación, no caigas en sobrecargas musculares o los famosos sobreentrenamientos, y tengas presente que hay más cosas en la vida, todo está en su sitio.
Así pues me niego a aceptar que tengo los síntomas de la vigorexia, también conocida como complejo de Adonis… Ja!
Bueno, y una vez aclarado esto (perdón por haberme ido por las ramas en la introducción), ¡vayamos al I Circuito Urban Runn de Los Realejos celebrado este fin de semana!
Me encanta la primera edición de una carrera.
Hay algo mágico en el ambiente ya que son sus primeros pasos, se respira un aire muy especial, lleno de miradas inseguras, de buenas intenciones, algo de nervios, cordialidad, y ante todo buen humor, buenas vibraciones, y las mejores intenciones para que todo salga a la perfección, y que si no es así y falla algo, que al menos se haya hecho todo lo mejor posible por parte de la organización.
Madrugón de domingo con la mochila en mano, y por suerte encuentro una guagua directa y consigo llegar al pueblecito de Los Realejos on time, muy cerca de La Orotava y el Puerto de la Cruz, en el precioso enclave ubicado en el norte de la isla de Tenerife.
¡Consigo mi dorsal! No me había inscrito por lo imprevisible de mi existencia, y hasta última hora no sabía siquiera adonde iría, yo tan solo quería correr en alguna parte… y me topé con esta carrera disponible y muy apetecible para apuntarme.Nos juntamos unas sesenta personas, muy poquitos y en un entorno familiar y propicio de carrera primeriza… Comentábamos en la línea de salida entre risas, que cualquiera podía quedarse el último pero no importaba…
No quise ver el perfil de las pendientes y el desnivel, sino más bien sentirlo, correrlo, vivirlo… ¡y vaya que si lo hice!
Todo era un ir y venir de cuestas, con subidas brutales y bajadas vertiginosas, giros bruscos en los que tenías que seguir las flechas blancas pintadas en el suelo para no perderte, mirar con sudor, esfuerzo y decisión hacia arriba y no desistir, conduciéndote desde la parte baja del pueblo a la más alta, pasando por la media y jugando otra vez con las tres partes, las escaleras, las curvas, los vecinos sorprendidos que salían a la calle y te preguntaban:“-Esto que es, del fútbol?
O unos abuelitos que sentados en su portal viendo pasar a los corredores, me ven pasar y comentan por lo bajini:
“-Mira este tiene buena pinta”…
jajaja, eso me hizo sonreír y sacar fuerzas de flaqueza para no parar de afrontar todos esos desniveles continuos…
Fui de menos a más como es habitual en mí, hasta ir a la par de un chico jovencillo que llevaba un ritmo fenomenal, y ya nos quedamos juntos prácticamente hasta la línea de meta. Tocaba dosificar en todo momento, y tener muy presente que un abuso de fuerzas podía pasar factura después, por lo que la considero pese a su corta distancia una carrera bastante exigente y de saber mantener la cabeza en su sitio, acompañando a las piernas y cada zancada que dabas constantemente… exigente como la San Silvestre Crevillentina e incluso más dura me atrevería a decir según mi corta experiencia como runner.
Tras consultar en el garmin que quedaba kilómetro y medio y casi todo era de bajada, te alegras y te relajas un poco porque quieres reducir levemente el sufrimiento, y ahí me pasó el chico con el que iba a la par todo el tiempo, y uno más que iba como una bala…
Pero no me importó en absoluto. Ni quería romperme, ni me suponía ninguna molestia que me adelantaran esos dos corredores, es más, siempre me alegro por ellos, por su reserva de fuerzas, su estrategia empleada, por esa explosión final, y sobre todo porque te encuentras en un momento límite de tus fuerzas y sencillamente no puedes correr más rápido.
Entrada a meta no obstante veloz y a escasos segundos de ellos…
Cansado, sudoroso, feliz… ¡Estaba hecho y eso era lo importante!Fueron los
Tiempo final 0:36:38, a un ritmo de 4:22 minutos el kilómetro, quedando el 10º de la general y 8º de mi categoría, lo cual me deja muy satisfecho pero no por la posición en sí, sino por el gran esfuerzo empleado y la satisfacción de haber corrido ese circuito… y es que era como un pequeño trail de montaña con sus cuestas… ¡pero en plan urbano de pueblecito!
Así que muy contento y felicidades por lo tanto a este I Urban Runn de Los Realejos…
¡¡Seguro que vais a dar mucho que hablar en el futuro!!
Un fuerte abrazo a todos de parte de este corredor invisible, y no dejéis de entrenar aunque sean fiestas…
¡¡Nos vemos ahí fuera con o sin turrón, corredores!!Disfrutad y sed felices ya sea 2013, 14 o 21, pero sobre todo hacedlo AHORA.
Recordad que añana podría ser demasiado tarde...